Mamá primeriza: los primeros días...


Puede que notes algunas venitas marcadas en la cara. No te preocupes, es porque tuviste un parto natural y son el resultado de tu gran esfuerzo a la hora de pujar. En pocos días desaparecerán.


Si el médico realizó una episotomía es probable que arda al orinar. Para evitarlo, inclínate hacia atrás para que la orina no roce los puntos.
Para controlar las pérdidas de orina que puedas tener al reír, toser o estornudar, es importante practicar los ejercicios Kegel. Implica hacer movimientos con los músculos pelvianos como si quisieras cortar el flujo de orina.

Es muy frecuente en las madres que acaban de dar a luz que sufran de hemorroides. Para aliviarlas es recomendable tomar baños de inmersión con agua tibia después de ir al baño.
Si el parto fue con cesárea, la madre no debe levantar peso, al menos, durante seis semanas.
Es muy común que suden mucho por las noches. Se debe a que el cuerpo necesita liberar todo el líquido que acumuló durante el embarazo.

También durante la cuarentena, notarás ciertos dolores en la zona de la barriga. Se le denominan entuertos y se trata de contracciones del útero con el fin de conseguir que se cierre adecuadamente la herida provocada por el parto, para que esta parte de tu cuerpo vuelva a la normalidad. Es cierto que al principio estos dolores suelen ser de mayor intensidad pero luego irán disminuyendo.



Su piel es casi transparente por la inmadurez de su sistema circulatorio. Además, suelen estar arrugados por haber estado nueve meses dentro del líquido amniótico.
Si el bebé nació prematuramente, su cuerpo suele estar recubierto de una fina capa de vello que en pocas semanas se irá cayendo hasta desaparecer totalmente.
Muchas veces, pareciera como si el bebé se pone bizco. Tranquila, es porque todavía no controla los músculos oculares, seguramente su enfoque se irá corrigiendo.



La primera deposición del bebé se la llama meconio. Tiene un aspecto muy oscuro, pero en adelante las heces se aclararán y tenderán a ser granuladas.
Se recomienda cambiar el pañal 12 veces por día. Después de cada cambio, se debe lavar con agua tibia y secar bien.

Una buena idea es dejarlo un ratito sin pañal para que la piel respire y así evitar irritaciones.



Lo más importante a tener en cuenta es que la leche materna es el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su bebé.

Las madres que amamantan a su bebé recuperan antes su peso y tienen menos riesgos de sufrir depresión posparto.

Para evitar o curar el agrietamiento de los pezones, cubrirlos con crema de caléndula antes del parto y durante el período de lactancia.

Todo lo que la madre beba o coma va a ser transmitido a su bebé a través de la leche, por eso se debe evitar la cafeína el alcohol. ¡Ojo! Las cremas anti celulíticas suelen tener cafeína.

No olvides mantener contacto visual y hablarle dulcemente al bebé mientras lo amamantas.

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Los primeros días de vida del bebé no se lo debe bañar. Hay que esperar hasta que se le caiga el cordón umbilical. Hasta entonces no se los puede sumergir, aunque sí se los puede limpiar con esponjas.

El cuidado del cordón umbilical es muy importante. Se lo debe higienizar con un algodón y alcohol cada vez que se les cambia el pañal para que se seque. Advertencia: No dejar el algodón con alcohol pegado a su piel porque pueden intoxicar.

Lo mejor es que el baño se realice siempre a la misma hora y preferentemente a la noche, para que el agua caliente los relaje y puedan dormir mejor. Las rutinas les aportan una sensación de orden y seguridad.

Así como el agua debe estar a una temperatura óptima de 37ºC, la habitación debe estar caldeada. Recuerda cerrar las puertas para que el calor no se vaya y no entren corrientes de aire frías.

Para agilizar el baño es útil tener la toalla preparada. No olvides secar bien sus orejitas para evitar unas molestas infecciones de oído.

NUNCA dejes al bebé sólo en la bañera. Ni siquiera para atender el timbre o el teléfono.



Ponlo siempre boca arriba y evita que esté demasiado tapado ya que puede aumentar el riesgo de muerte súbita.

Se recomienda que en los primeros seis meses el bebé duerma en la habitación de sus padres.

Cuando duerma durante el día, no hay que evitar el ruido. El bebé debe acostumbrarse a que en la casa la vida sigue pese a que él duerma de otra manera nunca va a poder conciliar el sueño si escucha los sonidos habituales como la lavadora o las voces en tono normal.

Apaga la luz de su cuarto para que sepa asociar la oscuridad con la hora de dormir.

Aprovecha que el bebé duerme para recuperar el sueño y descansar un poco.



Por lo general hay cuatro razones para que el bebé llore:

• Hay que cambiarle el pañal

• Tiene hambre o sed

• Tiene sueño

• Tiene frío o calor

Si ninguna de las anteriores funciona, lo más probable es que el bebé esté buscando mimos y caricias de su mamá. En ese caso, tómalo en brazos y haz que se sienta protegido y seguro.

Si el llanto es excesivo, puede que esté sufriendo el “cólico del lactante”, le puedes hacer masajes en la panza para aliviarle.

Fuente: Materna Arg.

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