Caminar es una de las máximas habilidades motoras del bebé y el hito que todos identifican con el primer año de vida.
“Ana cumplió trece meses y no hay nadie que no me pregunte si ya empezó a caminar”, cuenta Mayte y agrega preocupada: “Pero ella todavía no manifiesta ni indicios de querer despegarse del suelo”. Como Mayte, muchos padres esperan ansiosos ese instante mágico en el que sus hijos comienzan a andar sobre sus dos piernas y suelen inquietarse si el gran acontecimiento se atrasa un poco más de lo “normal”.
Sin embargo, no existe tal edad. Hay que saber esperar el tiempo del niño y no apurarlo.
Los primeros pasos suelen venir entre los 11 y los 15 meses , pero el momento exacto depende de cuán osado sea el bebé. Los más prudentes esperan tener absoluta seguridad de que su aventura no terminará en caída, mientras que otros se "largan" sin miedo.
Aprender a caminar es una de las máximas habilidades motoras. Involucra al cerebro, el sentido del equilibrio y una increíble cantidad de elementos corporales. No es fácil estabilizarse, pararse y dar pasos sin caerse. Pero la naturaleza ha dotado a los bebés de un instinto especial, que hace que el aprendizaje sea un proceso gradual.
Las etapas de aprendizaje
En el camino hacia la locomoción, el bebé pasará por distintas etapas, a partir de que haya comenzado a gatear.
Primero, tratará de avanzar de lado. El mecanismo para esto es agarrarse de un objeto grande, como un mueble, incorporarse y avanzar. Aquí es necesario quitarle de vista los muebles endebles y asegurarse de que no haya objetos sueltos que puedan caerle encima o lastimarlo.
El siguiente paso es mover una mano por encima de la otra sobre el objeto, mientras avanza de lado, en vez de deslizarlas al mismo tiempo. Esta etapa es básica, porque le servirá para desarrollar confianza en sí mismo y podrá lograr el equilibrio necesario, incluso, para pararse en un solo pie.
Ahora, se trata de pasar de un mueble a otro. Las primeras tentativas consistirán en agarrarse de ambos objetos y soltar uno solo hasta que se haya aferrado firmemente al otro. Salvados los espacios pequeños, aguerridamente tratará de cruzar distancias más grandes. El bebé, inteligente en el aprendizaje como es, se colocará en medio de ambos objetos sin soltarse del primero, hará equilibrio y cuando se sienta seguro, soltará éste y llegará al otro aferrándose a él con las dos manos.
Poco a poco se irá sintiendo más seguro de sus habilidades, así que la siguiente fase será cruzar la distancia entre un mueble y otro con pasos un poco endebles. Si pierde el equilibrio, se sentará, para volver a levantarse y a intentarlo nuevamente.
Los primeros pasos suelen venir entre los 11 y los 15 meses , pero el momento exacto depende de cuán osado sea el bebé. Los más prudentes esperan tener absoluta seguridad de que su aventura no terminará en caída, mientras que otros se "largan" sin miedo.
Aprender a caminar es una de las máximas habilidades motoras. Involucra al cerebro, el sentido del equilibrio y una increíble cantidad de elementos corporales. No es fácil estabilizarse, pararse y dar pasos sin caerse. Pero la naturaleza ha dotado a los bebés de un instinto especial, que hace que el aprendizaje sea un proceso gradual.
Las etapas de aprendizaje
En el camino hacia la locomoción, el bebé pasará por distintas etapas, a partir de que haya comenzado a gatear.
Primero, tratará de avanzar de lado. El mecanismo para esto es agarrarse de un objeto grande, como un mueble, incorporarse y avanzar. Aquí es necesario quitarle de vista los muebles endebles y asegurarse de que no haya objetos sueltos que puedan caerle encima o lastimarlo.
El siguiente paso es mover una mano por encima de la otra sobre el objeto, mientras avanza de lado, en vez de deslizarlas al mismo tiempo. Esta etapa es básica, porque le servirá para desarrollar confianza en sí mismo y podrá lograr el equilibrio necesario, incluso, para pararse en un solo pie.
Ahora, se trata de pasar de un mueble a otro. Las primeras tentativas consistirán en agarrarse de ambos objetos y soltar uno solo hasta que se haya aferrado firmemente al otro. Salvados los espacios pequeños, aguerridamente tratará de cruzar distancias más grandes. El bebé, inteligente en el aprendizaje como es, se colocará en medio de ambos objetos sin soltarse del primero, hará equilibrio y cuando se sienta seguro, soltará éste y llegará al otro aferrándose a él con las dos manos.
Poco a poco se irá sintiendo más seguro de sus habilidades, así que la siguiente fase será cruzar la distancia entre un mueble y otro con pasos un poco endebles. Si pierde el equilibrio, se sentará, para volver a levantarse y a intentarlo nuevamente.
Ya dispuestos a andar sobre sus piernas, los pequeños necesitan de un punto de apoyo y es aquí donde los padres pueden colaborar sosteniéndolos. Es importante tener en cuenta que no hay que levantarlos del antebrazo, porque aún no están lo suficientemente firmes y es fácil que se disloquen el codo. La mejor forma es sostenerlos por el torso.
Importante: para muchos profesionales, un verdadero enemigo en este proceso de aprender a caminar es el andador o tacatá: “Provoca accidentes, hace que el bebé se acostumbre a andar en puntas de pie y que no incorpore la noción de su espacio.”
Los primeros zapatos
No son recomendables los zapatos con armazón en el tobillo, ya que quitan libertad. Tampoco lo son los zapatos con suela demasiado gruesa. No hay nada mejor para los principiantes que los pies descalzos o con zapatos blandos, para que puedan moverse a gusto. En muchas casas de ropa para bebé se venden "medias con suela blanda", que pueden servir para los primeros pasos.
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar” canta Serrat. Nada más propicio para estos meses del bebé en que, aun con porrazos de por medio, todo está por explorar.
No son recomendables los zapatos con armazón en el tobillo, ya que quitan libertad. Tampoco lo son los zapatos con suela demasiado gruesa. No hay nada mejor para los principiantes que los pies descalzos o con zapatos blandos, para que puedan moverse a gusto. En muchas casas de ropa para bebé se venden "medias con suela blanda", que pueden servir para los primeros pasos.
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar” canta Serrat. Nada más propicio para estos meses del bebé en que, aun con porrazos de por medio, todo está por explorar.
Algunos consejos de seguridad
1. No dejar nunca solo a un bebé que está comenzando a caminar. Debe estar a la vista y al alcance de un adulto, porque los accidentes suelen ocurrir en un segundo de distracción.
2. No dejar a su alcance objetos cortantes, calientes, muy pesados o muy frágiles, ni sustancias peligrosas. Tampoco objetos muy pequeños, como pastillas, botones, semillas, que pueda agarrar e introducir en sus oídos o en sus fosas nasales, algo que es muy común.
3. Por supuesto, cuidado con los cables de lámparas o contactos que pueda agarrar.
4. El terreno de aprendizaje debe ser seguro: el suelo no debe ser resbaladizo, ni estar cruzado por cables u otros objetos que puedan hacer que se tropiece.
5. Si en la casa hay escaleras, hay que vigilarlo cuando intente subirlas. Es recomendable colocar puertas de seguridad, para impedirles el paso.
6. Es importante enseñarle desde ahora a no tocar. Cuando trate de alcanzar algún adorno que esté sobre una mesa, conviene retirarlo y decirle "no" firmemente, así comenzará a aprender.
Como con cada hito de la crianza, ver cómo el bebé empieza a caminar es un signo más de que crece sano y fuerte: puro orgullo para sus papás.
Me han encantado los cuidados del bebe que has compartido en la web, esos primeros meses son imprescindibles para su desarrollo
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