En el libro “Comer, rezar, amar” hay una frase que una amiga le dice a la protagonista “hay que pensarlo mucho antes de tener un hijo, es como hacerse un tatuaje en la cara”.
A veces, ser madre es una decisión premeditada, otras veces
es algo sobrevenido. En cualquier caso tenemos que prepararnos porque el tópico
es cierto: Te cambia la vida para siempre. Para algunas mujeres la posibilidad de ser madre es un deseo
que alimentan desde niñas. Ni se plantean otra posibilidad que no sea la de
tener hijos algún día. Otras en cambio se lo piensan mucho. Carrera
profesional, economía incluso falta de pareja estable son factores que influyen
en una decisión tan delicada.
Ser madre o no es un tema complejo y la decisión siempre
tiene que ser íntima, propia de cada mujer.
Piensa un momento
¿estás en condiciones físicas, emocionales, económicas? Un bebé te va a
consumir no sólo horas de sueño sino horas de energía. ¿Encaja la maternidad en tu proyecto de vida? Piensa en tu
desarrollo como mujer antes de en el deseo de ser madre. Aun siendo aspectos
compatibles ¿Podrás hacerlo?
Un bebé te va a abrir un mundo nuevo y las novedades es
normal que asusten. Sin embargo piensa que actualmente contamos con información
suficiente para resolver dudas aunque, eso sí consulta siempre con tu médico
ginecólogo.
Habla mucho con tu marido o con tu pareja, hazle partícipe de
tus dudas y que procure involucrarse lo más posible en la decisión de tener
hijos. Ellos son una parte fundamental del cuidado y educación de tus hijos y
tienen derecho a opinar. Pero ten en cuenta siempre que la última palabra la
tienes tú.
Aprende a controlar tus emociones. Deja de obsesionarte.
Nadie está seguro de las consecuencias de una decisión al 100% siempre. Y esto
sucede en todos los ámbitos de la vida.
Procura ahorrar un poco sobre todo para los gastos iniciales.
Mantén una dieta sana y equilibrada (recuerda, bajo control médico). Aprende
ejercicios de relajación como el mindfulness y si puedes, atrévete con el yoga.
Hay cursos muy buenos y especiales para mujeres embarazadas.
Dentro de lo posible, mantén alejado el estrés de tu vida.
Alimenta tu mente con toda clase de mensajes que te animen, apoyen y fomenten tu
decisión. Dile no al miedo que te paraliza. Es muy normal tener miedo,
simplemente sirve para protegerte de posibles peligros.
Escucha a las amigas, a tus familiares mayores. Tienen mucha
más experiencia y te pueden dar datos e información interesantes pero procura
no dejarte influir demasiado. Tú eliges tu propio camino.
Ser madre es un riesgo y una aventura. Pero la recompensa es
mucho mayor que todo lo que puedas llegar a imaginar.