La piel del bebé: cuidados básicos

A través de la piel el bebé se contacta con su mamá y con las demás personas. La delicadeza de este órgano en los niños es motivo de cuidados especiales, en particular en referencia al sol. Irritaciones, alergias y picaduras de insectos son frecuentes.


Cuando hace buen tiempo surgen paseos, sin embargo, también se trata del momento en que los
padres deben prestar atención a la piel de sus bebés.

La piel del bebé es un órgano vital que le permite estar en contacto con los demás, sobre todo con su mamá. Se trata de una piel fina y delicada que requiere cuidados especiales con respecto al sol, las alergias y las picaduras de insectos.

Exposición al sol
En cuanto al sol, conviene recordar que los daños que produce son acumulativos. Es por eso que resulta útil enumerar algunas recomendaciones:

Los bebés menores de seis meses no deben estar expuestos al sol.
A partir de los seis meses, el bebé no debe estar expuesto entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde.
Debe usar protector solar. El pediatra o el dermatólogo determinará el factor. Se recomienda que el filtro sea resistente al agua y debe colocarse entre 15 a 30 minutos antes de la exposición solar. Se debe cubrir todo el cuerpo, incluidos orejas, párpados, labios, empeine, entre otras cosas. Repetir la aplicación cada dos horas y después de que se ha sumergido en agua o que ha transpirado. Usar protección, también, si el bebé permanece en la sombra o el día está nublado. Si quedó protector solar abierto del veraneo anterior, es mejor desecharlo y usar uno nuevo. Mantener el nuevo envase siempre bien cerrado, fuera del alcance del sol y el calor.
Usar sombrero y camisetas.
La arena, el agua y la nieve aumentan los efectos del sol. Tener más precauciones.
Ante la duda con respecto a un lunar, peca o mancha, consultar con el pediatra o el dermatólogo.
A la hora de pensar en las vacaciones, tener en cuenta que hay lugares más aconsejables que otros para un bebé. La playa, por ejemplo, no es lo mejor para un bebé muy pequeño.
No ponerle perfume ni lociones que contengan alcohol.


Irritaciones y alergias
La piel de los bebés es muy sensible. Incluso, a veces la fricción de la ropa hace que aparezca brotada. Sin embargo, esto no es una alergia. El calor, por su parte y en especial en los climas húmedos, hace que los poros del bebé se obstruyan y aparezcan unos pequeños granos rosados llamados sudaminas. Son totalmente inocuos y desaparecen, o sólo permanecen en los pliegues de la piel.


En cuanto a las alergias, la mayoría de ellas se producen por exposición a sustancias que se encuentran en el ambiente llamados alergenos. Además de provocar una acción irritativa e inflamatoria de las vías aéreas superiores (rinitis, conjuntivitis) o inferiores (asma), los alergenos pueden causar urticaria y eczemas en la piel.

Para prevenir o disminuir la exposición a los alergenos que están en el ambiente (como ácaros, cucarachas, entre otras cosas), conviene:

• Limpiar el piso con trapo húmedo.
• Usar aspiradora en las alfombras.
• Tener pocos muebles y libros en el dormitorio del bebé.
• Lavar con frecuencia las sábanas, frazadas cortinas y muñecos de peluche del bebé.
• Cubrir el colchón y las almohadas con fundas impermeables de tela de avión.
• Ventilar regularmente las habitaciones.
• Preferentemente, no colocar alfombras.
• Intentar que los animales domésticos estén fuera de la casa o si están adentro, que no duerman ni permanezcan en el cuarto del bebé.
• Erradicar la presencia de cucarachas.
• No fumar en la casa.
• Vigilar el uso de productos de limpieza y desodorantes de ambientes. En caso de usarlos, ventilar el ambiente en forma adecuada.
• Recordar que la lactancia materna protege al bebé de las posibles alergias.

Picaduras de insecto
A veces, los mosquitos y otros insectos se ensañan con el bebé. Claro, a él no se le ocurre aplastarlos con la mano o no tiene la fuerza para hacerlo. A continuación se brindan algunas recomendaciones para que no lo "devoren" los mosquitos:

Usar lociones insecticidas con moderación. Si se trata de un bebé pequeño, aplicarlas sobre la ropa y a su alrededor, pero no directamente sobre la piel. Usar tules y mosquiteros. Repetir la aplicación cada 4 o 5 horas.
No son del todo recomendables los repelentes que tiene una sustancia llamada n-dietil-m-toluamida (DEET). Tampoco son aconsejables los aerosoles que poseen órgano-fosforados en ambientes cerrados en donde se encuentre el bebé.
Los más recomendables, y que pueden usarse sin riesgo, son las cremas y lociones a base de citronella. En este caso, sí se pueden aplicar directamente sobre la piel del bebé.
Las pastillas que se conectan a la corriente eléctrica mediante dispositivos especiales pueden ser útiles si los bebés permanecen en la casa, lo mismo que la tela mosquitera en todas las ventanas y las especiales para la cuna.

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